Mi juicio a los 9 años
Cuando tenía 9 años, comparecí ante el tribunal acusado de violar a una preciosura de 18. En plena audiencia, el juez le preguntó a mi abogada:
"¿Qué puede decir a favor de su defendido, Licenciada?"
La abogada me bajó los pantalones, me agarró mi riatita y se la mostró al magistrado:
"Mire que tamañito tiene, señor juez. ¿Cómo van a acusar a este niño de semejante delito? ¡Mírelo! ¿Ud. cree que con una cosita tan pequeñita se puede violar a una mujer?"
Yo únicamente le murmure al oído:
"¡Licenciada, no me lo siga sobando que perdemos el juicio!"