Cuestión de decisiones

Alguna vez cuando tenía 18 años y estaba re' emputado con la vida, quise meterme de soldado, tenía un amigo que estaba bien traumado con todo lo que tuviera que ver con el ejército, se llamaba Leonardo, pero de cariño le decíamos "Leo-sardo", su trauma venía porque casi toda su familia pertenecía o había pertenecido al ejército, su mamá por ejemplo, era teniente de caballería, entonces cada vez que ese cabrón llegaba pedo a su casa y al otro día no se quería levantar le gritaba: "¡No te hablo como tu madre, te hablo como tu superior!" y en chinga loca este güey se ponía en firmes. Pues total, como el güevón de Leo-sardo no ingresó al Colegio Militar cuando debía, al llegar a los 18 años tenía que cumplir con la obligación ancestral de ingresar a las fuerzas armadas, noleaunque fuera de cocinero o de funda de algún General, era a huevo el cumplir con su noble tradición de familia.

Pues como ambos andábamos de vagos este cabrón me propuso que nos alistáramos en el ejército, para ser más precisos, de paracaidistas, me lavó el casco (argot militar para decir que me lavó el cerebro) diciéndome que estaba de poca madre, que tenías vacaciones, aguinaldo, uniforme, seguro de vida, etc. y lo mejor de todo, acceso a un chingo de armas, desde bazookas hasta lanzallamas y que solo hacías contrato por 3 años y a la beis, podías darte de baja, la neta me pareció de poca madre la idea, en aquél entonces yo jugaba fútbol americano en las poderosísimas y aguerridas Estrellas Rojas y pues estaba en perfecta forma además de que tenía una condición física envidiable, corría 15 kilómetros sin pedos, además después de haber visto (de súper estreno) Rambo III como 10 veces, el pinche ejército me la iba a pelar, total, que un día antes de irnos a alistar, pa' festejar nuestra entrada al ejército agarramos un pedo de proporciones bíblicas, tan cabrón estuvo que fui a parar al hospital con una pre-congestión alcohólica y lógicamente ya no me pude ir a alistar, a Leo-sardo por más gritos y órdenes que le dio la teniente tampoco lo pudo parar, pero no hubo pedo, porque unos días después un tío General se lo llevó a huevo, cuando a mi por fin me quitaron el suero ya había pasado el plazo para alistarme y por supuesto mis ínfulas guerrilleras también.

Seguí viendo a mi amigo Leo-sardo cada vez que lo dejaban salir franco y me platicaba cosas muy chidas de ser Soldado Fusilero Paracaidísta Antigüedad 99, pero que lógicamente tenía su lado muy cabrón, pues en su primer día de entrenamiento en el CABI (Centro de Adiestramiento Básico de Infantería) se pelaron dos cabrones, corres de sol a sol, o sea mis 15 kilometros se quedaban pendejos, tres meses estas aquí y otros tres meses te mandan a la sierra a combatir al narcotráfico y es de andar a las vivas de no caer en emboscadas etc., pero todo se paga con la hermandad y el compañerismo que existe entre los soldados, nunca dejan solo a un compañero aun a riesgo de su propia vida, se que me perdí de algo muy padre, pero por algo pasan las cosas.

Lo que me inspiro a escribir esto es que vi el blog de un aspirante a escritor atari2600.blogspot, no, más bien a un escritor, que a sus 29 años, emputado con la vida por que no le dieron una beca para irse a estudiar a Austria, y vaya que se la merece, hizo algo muy parecido a alistarse en el ejército, se fue de minero a Durango. Ha anotado sus primeros días en la mina en una moleskine y se me figura a Chris Taylor (Charly Sheen) contando los horrores de la guerra de vietnam en la película pelotón. Tryno Maldonado no va por un ideal o esta luchando por una causa, simplemente mando a la chingada todas sus ganas de escribir, decepcionado por la corrupción inaudita que impera en nuestra república bananera y se fue en busca de otra vida.

Eso es tenerlos bien puestos y no mamadas, el día que yo también decida mandar todo a la chingada, lo voy a alcanzar.